Busca ser una referencia, como mapa orientador o guía conceptual, que solo se comprenden cuando se adquiere cierta perspectiva general: la filosofía de la ciencia del siglo XX y lo que llevamos de siglo XXI. Está escrito para un público profesional académico, para futuras lecturas que los estudiantes hagan sobre la filosofía de la ciencia y para gente que esté interesada en el conocimiento científico. La pregunta sobre la cual giran todos los capítulos es de qué se habla cuando se habla de conocimiento científico y todo lo que está relacionado con el tema: su estructura, los tipos de ciencia, los requerimientos para ser ciencia, cómo se constituyen esos conocimientos y cómo son aceptados. El objetivo que plantea la escritora es presentar una lectura no personalista, alejándose de la subjetividad de opinar sobre las propias creencias. Pretende no hacer, como es habitual en este tipo de libros, un recorrido histórico por las diferentes escuelas de pensamiento científico, sino abarcar los principales problemas y controversias generados, empleando como eje analítico y narrativo el conocimiento científico.