Los científicos cognitivos han acostumbrado a fundamentar el programa del cognitivismo sobre la idea de unos sistemas que procesan la información fáctica dada a los órganos sensoriales para producir, así, las representaciones mentales. Según ellos, de este modo se podría explicar la intencionalidad bajo las exigencias de propiedades semánticas como contenido y normatividad. Sin embargo, esta idea está sometida a dos problemas: lo que yo he llamado Problema de la Intensionalidad y Problema de la Intencionalidad. En este sentido, el propósito del trabajo es el de establecer un marco conceptual ecológico capaz de dar cuenta de la intencionalidad, sin apelar a ningún vocabulario representacionalista ni semántico, y que además tenga en cuenta la exigencia evolutiva de la continuidad entre organismos.