Tras haber finalizado la licenciatura en Filosofía (2009-13) y el Máster Universitario en Profesor de Educación Secundaria y Bachillerato (2013-14) en la Universidad de Salamanca, me propuse profundizar en una de las áreas de la filosofía que había despertado en mí un mayor interés: la Filosofía de la Ciencia. Sin duda alguna, la mejor opción disponible a la hora de colmar mis intereses académicos era cursar el Máster interuniversitario en Lógica y Filosofía de la Ciencia (2014-15), en concreto el módulo de “Historia y Filosofía de la Ciencia”. 

En primer lugar, me gustaría destacar la formación recibida enfocada a la adquisición de las competencias necesarias para el ejercicio de la actividad investigadora. Tanto específicamente a través de la asignatura obligatoria “Metodología de la Investigación” como de forma más general en el resto de materias, existe una gran preocupación por parte del profesorado en asegurar que todo alumno adquiere los recursos metodológicos básicos que les permita en un futuro cercano realizar investigaciones de calidad. 

El segundo de los puntos fuertes del Máster que cabría destacar es el que refiere a la variedad de optativas que en él se ofrecen y la flexibilidad existente a la hora de poder matricularse en asignaturas de diferentes itinerarios. Ello permite a los estudiantes configurar de forma más o menos libre su currículum atendiendo a sus intereses y/o prioridades académico-investigadoras. El carácter interuniversitario, asimismo, otorga a la variada oferta un valor añadido: el pluralismo teórico gana calidad en la medida en que las diversas asignaturas son impartidas por excelentes profesores y profesoras provenientes de diferentes universidades o centros de investigación de consolidado prestigio cuyas líneas de investigación están directamente relacionadas con la temática-objeto de las materias que imparten.  

Otro de los aspectos interesantes de mi experiencia en el máster son los compañeros a los que he tenido oportunidad de conocer (aún cuando el carácter semi-presencial del programa limita un poco este aspecto). Todos ellos, venidos de diferentes puntos de España e incluso de diferentes países, con diversas carreras, trayectorias académicas e intereses culturales, crearon un ambiente multidisciplinar y plural que resultó ideal para el debate y el intercambio constructivo de ideas. 

En definitiva, cursar el Máster en Lógica y Filosofía de la Ciencia ha sido una experiencia completamente positiva y satisfactoria; de hecho, me ha animado a iniciar una nueva etapa como doctorando en el programa de Doctorado en Lógica y Filosofía de la Ciencia, al que precisamente éste da acceso.