En los 90 surgió una explicación de los actos de habla que, a diferencia de otras también desarrolladas a partir de Austin (1962/71), hace hincapié en la naturaleza social de la comunicación y en la naturaleza social de los significados de los actos de habla. Este tipo de explicación se enmarca en lo que se denomina “teoría interaccionista”. Las teorías de los actos de habla previas, ya fuesen consideradas institucionalistas o intencionalistas, analizaban los actos de habla relacionándolos fundamentalmente con el hablante, mientras que en las nuevas teorías el oyente tiene un papel tan importante como el hablante. Aunque las teorías interaccionistas consideran que los planteamientos clásicos no pueden dar cuenta de la comunicación, consideran valiosa su noción de significado del hablante. En este trabajo se examinan las propuestas interaccionistas de Clark (2006), Sbisà (2006), Carassa y Colombetti (2009) y Haugh (2013) con el fin de mostrar que el significado “conjunto” tiene mayor poder explicativo. Uno de los ámbitos en los que el enfoque interaccionista puede mostrar su mayor capacidad explicativa es en argumentación: hay argumentaciones cuyos actos de aducir y de concluir (Bermejo-Luque 2011) solo pueden explicarse si se tiene en cuenta el significado conjunto.