El cometido principal de este trabajo es establecer una noción de ‘autenticidad’ apropiada para todas las ejecuciones y reproducciones de las obras musicales. La autenticidad es una característica de las ejecuciones/reproducciones relacionada con las condiciones de individuación de una obra. La repetibilidad explica cómo obtener instancias bien formadas a partir de un modelo normativo y la autenticidad explica cómo un subconjunto de esas instancias serán auténticas por ser capaces de modificar su modelo normativo. Hay dos intuiciones que motivan esta caracterización de la autenticidad: (1) que la obra admite cierta variabilidad y (2) que el autor no puede limitar la creatividad de otros autores impidiéndoles usar su obra. Como resultado, la identidad de la obra musical nunca está determinada, es abierta y cambiante. La autenticidad de las ejecuciones/reproducciones genera una caracterización de la identidad de la obra abierta a posibles variaciones que pueden modificar su propia identidad. Un tema íntimamente relacionado aparece al considerar la influencia o dependencia que una obra musical tiene respecto de otra obra musical. Es necesario analizar la relación entre una obra cuya identidad es cambiante y otra obra derivada de esta. Cuando una obra musical B contiene elementos que ya aparecen en una obra musical A podemos pensar que o bien es un plagio o bien tiene influencia de esta. Cuando esto sucede nos cuestionamos la originalidad de la obra musical B. Hablar de originalidad conlleva tratar los derechos de autor. Que una obra se considere plagio quiere decir que esta carece de originalidad. El interés de esta cuestión radica en evaluar los fundamentos de la actual práctica legal en torno a los derechos de autor y mostrar la falta de concordancia entre esta y las prácticas musicales vigentes.