Este trabajo presenta una crítica a la explicación neoexpresivista del autoconocimiento ofrecida por Bar-On. Bar-On defiende que nuestras autoadscripciones mentales son expresiones de nuestros estados mentales presentes, lo cual explicaría la especial seguridad que estas acarrean; pero también sostiene que las susodichas autoadscripciones articulan conocimiento privilegiado de nuestros propios estados mentales presentes. El objetivo principal de este trabajo es negar que nuestras autoadscripciones mentales puedan ser consideradas afirmaciones de conocimiento privilegiado. Para ello, argumentaré en primer lugar que el estatus epistémico de nuestras afirmaciones se debe a su carácter meritorio, el cual está íntimamente ligado con la capacidad del sujeto para ofrecer razones a favor de su afirmaciones. En segundo lugar, mostraré que, en tanto que expresiones, nuestras autoadscripciones carecen de dimensión epistémica, esto es, que no tiene sentido evaluarlas atendiendo al mérito o demérito.