En el presente trabajo busco arrojar luz sobre la problemática que plantean las expresiones denominadas «slurs». Defenderé la necesidad de una explicación que permita dar cuenta de ciertas características particulares de este tipo de epítetos; en particular, me referiré a cuatro: la actitud proyectiva de la carga despectiva de los slurs, la responsabilidad exigible al hablante bienintencionado que emplee este tipo de términos, la forma en que su uso sirve como apoyo para el mantenimiento de desequilibrio de poder injusto a gran escala y la posibilidad de un uso reapropiativo. Para ello trataré dos puntos fundamentales: en primer lugar, en lo que respecta al significado de los slurs, defenderé una concepción híbrida que dé cabida tanto a un contenido descriptivo como a una carga expresiva. Ambos niveles deberán comprenderse desde una asunción de su sensibilidad al contexto entendido como un conjunto de compromisos compartidos. Esta sensibilidad contextual contará, al mismo tiempo, con un componente común a la hora de emplear estos términos ligado a su significado convencional, que se relaciona con la común en que hemos aprendido cuál es el contenido descriptivo de tales epítetos. Es decir, esta sensibilidad al contexto no se limitará al aspecto expresivo, sino que se extenderá a su contenido descriptivo, considerando que, a pesar de que una explicación semántica a nivel veritativo-condicional no cuente con la capacidad de explicar adecuadamente el significado y funcionamiento de estos, ello no implica que no pueda darse cuenta de ciertos aspectos relacionados el significado de los. Por otra parte, considero que no será suficiente con tratar aquello que los slurs dicen para dar cuenta de los problemas anteriormente planteados, sino que debemos ofrecer una explicación en términos de aquello que hacemos al pronunciarlos, proponiendo una serie de condiciones de felicidad y efectos perlocutivos de los actos de habla que pueden tener lugar al proferir estas expresiones.