Partiendo de una definición de autoconciencia entendida como la forma de consciencia que tiene como referente a uno mismo como algo separado del resto del mundo, el lenguaje ha sido y es comúnmente considerado como el criterio más determinante para su atribución. Ahora bien, si aceptamos que la posesión de lenguaje, y en concreto del dominio de ciertas expresiones como los pronombres de primera persona, es una conditio sine qua non para la posesión de autoconciencia, entonces numerosos seres no lingüísticos, como los bebés o los animales no humanos, carecen de ella. 

Analizando el caso exclusivo de los animales, el presente trabajo parte de la asunción del lenguaje como criterio diferenciador por parte de la “concepción deflacionaria de la conciencia”, empleando el cuño de José Luis Bermúdez. Siguiendo a este autor, se expone la denominada “paradoja de la conciencia” en la que incurre esta posición. Así, la apelación al lenguaje como único criterio para determinar qué seres son susceptibles de ser autoconscientes, al verse restringido a la propia constatación del uso del lenguaje, incurre en una argumentación circular. Esta circularidad es tomada como acicate en el trabajo para estudiar algunos criterios para la atribución de autoconciencia allende el lenguaje. Estos criterios se dividen en dos tipos: en primer lugar, se encuentran los “criterios indirectos” basados en ciertas observaciones conductuales de animales no humanos. En concreto, estos son el “test del espejo”, la “posesión de memoria episódica” y las “capacidades metacognitivas”. En segundo lugar, se presentan “criterios directos” en función de la teoría de la consciencia adoptada. De esta manera, tomando como referencia al etólogo Donald Griffin y a los filósofos Rocco Gennaro y Uriah Kriegel, se presentan sendas teorías de la consciencia en virtud de la cuales la propia posesión de estados mentales conscientes conlleva la autoconciencia. Por lo tanto, todo ser consciente sería, en tanto tal, autoconsciente en algún grado.

A partir del análisis de los mencionados criterios, la principal tesis sostenida en el trabajo es que existen fuertes razones para poner en entredicho que la autoconciencia, en sus diferentes grados, es una propiedad restringida exclusivamente a sujetos humanos.